Velar por la pureza y veracidad de la noticia, de los hechos, de los acontecimientos; pero también, vigilar por que aquello que se escriba sobre nuestro municipio, se ajuste a la realidad y no la deforme por desinformación, son algunos de los cometidos que incumben a los cronistas.
Hecho este preámbulo, quiero decir que a veces, en los medios de comunicación de nuestra Comunidad – prensa escrita, radio y televisión- los profesionales cometen errores -tal vez involuntarios- que pueden llegar a equivocar al lector, oyente o teleespectador cuando tergiversan palabras, confunden lugares geográficos, etc. pero lo peor es que podrían sentar un precedente para otros profesionales que beban en sus fuentes los cuales, continuarán difundiendo el error.
No está en mi ánimo -¡ni mucho menos!- dar lecciones a dichos profesionales de la Comunicación de nuestra Región. Pero sí les pediría que a la hora de redactar una noticia y ante una duda, procuren informarse debidamente buscando en un diccionario, en una enciclopedia o solicitando la aclaración oportuna de quien estimen oportuno con objeto de subsanar dicha duda antes de su difusión. Aunque lo peor del asunto es que tal vez, sea la propia enciclopedia quien contenga el error: véase Gran Enciclopedia de la Región de Murcia, tomo VI, páginas 175, 176 y 183, donde al hablar de Moratalla, se confunden los nombres de los ríos, tema del que ya nos ocupamos en su momento y que no se ha rectificado, por lo que la información que ofrece al respecto es incorrecta; datos erróneos que continuarán ofreciéndose a los posibles lectores y divulgándose, perpetuando el desliz.
Y hablando de ríos, no está de más volver a decir que el término municipal de Moratalla, con 96.133’28 Ha –algo más de 961 kilómetros cuadrados- es uno de los más grandes de la Región, después de Lorca y Jumilla. Que dicho término está surcado por dos ríos: Alhárabe y Benámor -el segundo tributario del primero- y que al unirse ambos en la zona conocida como La Traviesa, comienza a llamarse río Moratalla, afluente del Segura al que desemboca después del Pantano del Cenajo, enclave éste cuya mayor parte de sus instalaciones están ubicadas en el término de Moratalla, aunque sus aguas -paradógicamente- no riegan la huerta de la población.
Respecto al relieve, indicar que nuestro municipio es el más montañoso de la Región y que en él, se encuentra la mayor altitud de nuestra Comunidad: el Pico de Revolcadores, con 2027 metros, situado cerca de la moratallera pedanía de Cañada de la Cruz; otras alturas dignas de mencionar son: Cuerda de la Gitana o Peña de Moratalla (1972 m), Villafuerte (1750 m), Puntal de Carreño (1588 m), Sierra de Los Álamos (1479 m), Sierra del Buitre (1428 m), Calar de Incol (1307 m), etc.
En cuanto a pedanías, en ocasiones, hemos leído que San Juan, El Sabinar, Calar de la Santa, Cañada de la Cruz, Inazares o Los Odres, se las han adjudicado a otro municipio cuando de siempre, han pertenecido a Moratalla. Por otra parte, a la hora de mencionar nombres también se han cometido errores ortográficos pues, salvo opinión de algún experto filólogo, nosotros siempre hemos escrito Benizar como palabra aguda -sin tilde, claro- frente a quien la ha considerado llana -opino que erróneamente- escribiendo Benízar y colocando tilde en la penúltima sílaba. Lo contrario ocurre con Benámor: en Moratalla siempre la hemos considerado llana. Es de tener en cuenta que tal afirmación la sostenemos apoyándonos en el habla popular de las gentes de esas zonas, porque así las vienen pronunciando tradicionalmente.
Pero hay un gentilicio que me llama mucho la atención: moratallense. Lo he leído en muchas ocasiones y no he tenido por menos que sonreír al entender que se trata de un error o traspié garrafal porque casi siempre, lo ha escrito o mencionado -erróneamente, claro- alguien que no es de nuestra Región o que la conoce poco, dado que a los naturales de Moratalla se nos conoce como moratalleros y moratalleras. Es como si a los de Caravaca se les dijese caravaquenses, a los de Calasparra calasparrenses o a los de Cehegín ceheginenses, cuando lo correcto es caravaqueños, calasparreños y cehegineros, respectivamente. Ante la duda, quien lo escribiese, pudo haber consultado en la enciclopedia Wikipedia la palabra Moratalla, donde aparece el gentilicio en cuestión.
José Jesús Sánchez Martínez.—