El Inculto Poeta, así le gustaba firmar sus versos. En la noche de este 7 de diciembre fallecía el vecino de Moratalla, Diego Gómez, autor y narrador de innumerables versos que ha compartido con sus vecinos en decenas de actos de toda índole que a lo largo de los años se han celebrado en el municipio. El último de ellos, Café con Versos que se celebró en octubre en el Casino Cultural de la localidad.
Amante de la naturaleza y de los animales, siempre acompañado de varios de sus canes, él mismo escribía hace escasos días en Facebook «los animales nos dan muestra de supervivencia con su instinto de inteligencia, yo creo que no saben más por que no lo necesitan para sobre vivir.»
Desde Moratalla Noticias y Moratalla Televisión queremos expresar nuestro más sincero pésame a familia y amigos de Diego, un inculto poeta que no cesó de repetir «no saben que la poesía es una fuente de inagotable vida» y así vivió recitando a propios y extraños sus versos nacidos del corazón.
Hoy le decimos adiós y lo recordamos con sus propias palabras:
((Poema extraído de sus redes sociales tal y como él lo escribió))
De un poco tiempo ha esta parte
osea; al día de hoy,
e aprendido algo a vivir.
A lo que se ve,
por que no siento deseos de morirme
y ojo,
Cuando ,me muera,
que no me toquen las campanas
que me redoblen el tambor uno que quiera
mi amigo mediero Jesús Manuel ¡El Serna!
Tiene los brazos como maderos,
las venas como regueras,
y una sonrisa de lao a lao que le llena
el corazón de nobleza
Tamborista de primera bebedor de lo corriente
cuando se cuelga el tambor
salen grifos por su frente de cerveza y de porrón
para mi, es un campeón, casado con buena gente
tiene una hija que es un sol
que le alivian su dolor de redoblar el tambor
cuando su cuerpo se tuerce en bares: y calle mayor.
Y ojo: al grito «De que no me calle nadie»
Cuando me estén encerrando en el nicho del silencio
haya en el cementerio,al que tanto le cante
y al que tanto le temí. Con el suave canto de las ramas
de los árboles esos esbeltos cipreses que te despiden
airosos de los muertos, como ellos
el que quiera despedirse, como un abrazo muy grande
que redoble su tambor «Y que no lo calle nadie»
Yo el inculto poeta el de los pueblos chiquitos, de Moratalla Murcia
y de España porque la llaman así