La ganadería de Miguel Beteta ha sido la encargada de hacer vibrar a los vecinos de Moratalla y alrededores en un encierro que se ha saldado con cuatro heridos.
A primera hora de la mañana el ganado descendía por el monte desde la Casa de Cristo hasta los corrales habilitados para la ocasión en la Carretera de Calasparra donde comenzaba el primer encierro de la semana. Una carrera limpia donde el ganado bravo de Beteta iba acompado por caballos.
Una vez finalizada la entrada al centro del municipio las reses han ido dando juego en los distintos recintos habilitados para que los amantes de la fiesta pudieran disfrutar del ganado entre recortes y capotes. A pesar de la poca afluencia de público, al ser lunes, ha habido momento para varios sustos. Un total de cuatro heridos (dos caídas de poyo, un leve pinchazo y una cornada más importante que ha precisado de atención quirúrjica por ser de más de 20 centímetros y con dos trayectorias) también ha habido momentos para muchos sustos y un buen revolcón.