Tal día como hoy, hace justo un año, 19 de junio de 2019, Jose Alonso Marín, El Rosao, salió de su casa para no volver. Lo hizo con lo puesto, sin despedirse, sin llevarse siquiera su móvil, sin dejar rastro.
Un año en el que no se ha sabido nada de su paradero ni de su Audi A4 azul en el que fue visto por última vez.
Un año, 365 días de dudas, temores, lágrimas, muchas lágrimas. Su familia, con su hermana Lucía a la cabeza, no ha dejado de luchar por conocer la verdad de lo sucedido aquella tarde de junio de 2019.
Un año de investigación, interrogatorios, testimonios, búsqueda. Un año de intenso trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Un año, 365 días de continua y diaria pesadilla para sus seres queridos, de desconsuelo, de dolor profundo, de pena inconsolable.
Un año en el que su padre se ha marchado sin poder saber dónde está su hijo, sin poder haber comprendido qué pasó, sin saber la verdad de aquel fatídico día.
La desaparición de El Rosao, está considerada como ‘desaparición no voluntaria’, término que emplean los expertos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando son investigaciones con la dificultad añadida de no contar con el escenario del suceso. Hoy 19 de junio de 2020 hace justo un año de su desaparición. La familia continúa luchando por averiguar su paradero. La Guardia Civil sigue trabajando en su búsqueda.
“Que se conozca pronto la verdad, es lo único que quiero”, manifestaba esta semana un familiar.