Su voz se apagó hace 45 años, concretamente, el 26 de mayo de 1971. “Juan El Cantante”, como cariñosamente se le llamaba en Moratalla, llevó el nombre de su pueblo natal –al que dedicó una canción– por tierras de Hispanoamérica. Nunca renunció a su origen: más bien, se enorgullecía de ello. Justo es, que ahora, siquiera sea con estas frías letras de molde, se le rinda el merecido homenaje que nunca se le tributó.
De familia humilde, Juan García Pérez -nacido en Moratalla el 18 de agosto de 1904- fue el único varón de los siete hijos que tuvieron sus padres por lo que, a muy temprana edad, hubo de abandonar la escuela para ayudar en la agricultura, siguiendo cierta “costumbre” de la época. Por las mañanas temprano, camino de la huerta y a lo largo del día mientras ayudaba a sus padres en las tareas agrícolas, la voz de Juan se mezclaba con los mil cantos de la naturaleza como si de una competición se tratara. Y cuentan que, a veces, los hortelanos que pasaban por allí, se detenían para oírle cantar y pedirle algún tema concreto que él interpretaba gustosamente. También con motivo de algún festejo local, su voz era escuchada con admiración, colaborando desinteresadamente en cualquier acto benéfico que se organizara en Moratalla.
Y he aquí que los dueños de las tierras que sus padres labraban y cultivaban, oyéndole cantar y apreciando sus magníficas dotes, decidieron ayudar al muchacho pagándole los estudios de música en el Conservatorio de Murcia. Aunque al principio se resistió a la propuesta por no dejar solos a sus padres y hermanas, finalmente pudo más su vocación y aceptó la oferta. Al terminar los primeros estudios en la capital de la Región, Juan García Pérez fue becado por la Diputación para completar su formación musical en el Conservatorio de Madrid, bajo la dirección del maestro Tabuyo. Juan alternó allí los estudios con esporádicas y ocasionales actuaciones. Fue entonces cuando adoptó el nombre artístico por el que es conocido: García Guirao, cambiando su segundo apellido -Pérez- por el mismo de su padre. Finalizados sus estudios y durante unos doce años, la zarzuela se viste de gala con la voz de García Guirao llenando los principales escenarios entre ellos, el Fuencarral, Ideal, Fontalba, Calderón o Metropolitan.
Pero estalla la Guerra Civil Española; eran tiempos difíciles. Ante las dificultades que encontraba, García Guirao estuvo tentado varias ocasiones en dejar ese mundo de la canción y regresar a Moratalla para seguir trabajando en la agricultura. Pero allí en Madrid, conoció a unos moratalleros venidos de Buenos Aires (Argentina) que le animaron para que marchara a Sudamérica. Se lo pensó, porque aquello quedaba demasiado lejos. Se lo pensó pero se decidió, afortunadamente. El popular tenor moratallero aceptó visitar ese país embarcándose para una estancia de cuatro meses…¡que se dilataron durante ocho años!
Comenzó a cantar en hospitales, asilos, guarderías…salas de fiesta, teatros…; estrenó la sala del Príncipe y actuó luego en el Grand Spléndid, Goyescas, etc. El nombre de García Guirao era ya conocido, contribuyendo también a ello sus actuaciones fijas en Radio Belgrano y Radio El Mundo. Muchas empresas obsequiaban en sus productos la foto del cantante de moda con la letra de alguna de sus canciones: “A Moratalla”, “Tarde de otoño en Platerías”, “Madre”, “Lo mismo que tu”, “Hijo”, “Argentina yo te evoco”, “Sólo pienso en ti”, “Pero al despertar”, “Muy lejos de mi amor”, “Serenata”, “Canción a Marcelino” y un largo etcétera en el que se encuentra su creación “Doce cascabeles” que interpretó a su regreso a España tras los ocho años de éxito en Argentina y otros países sudamericanos.
De vuelta a nuestro país, visitó Moratalla y organizó un acto benéfico en el Teatro Trieta para recaudar fondos con destino a la restauración de la iglesia parroquial, incluso él mismo entregó también su donativo, además de la actuación desinteresada. Al cabo de dos años, marchó otra vez a Argentina donde siguió cosechando éxitos. En noviembre de 1964, en un acto cultural sobre España celebrado en el City Hotel de Buenos Aires en honor a sus huéspedes y de los socios del Club de Turismo y el auspicio de la Oficina de Turismo Español, Iberia Cía. de Aviación Española e Ybarra S.A. de Navegación, actuó de manera especial nuestro tenor. García Guirao permanecería en Argentina hasta 1965 pues, sintiéndose enfermo, retorna ese año a España. Pese a que las fuerzas le flaqueaban, todavía realizó alguna actuación en Madrid y grabó un disco con sus mayores éxitos. Pero la vida se le acababa por momentos. Alternó breves estancias en Moratalla con la capital de España, luchando contra la muerte y defendiendo sus enormes deseos de vivir. Y finalmente, en mayo de 1971, el día 26, el tenor moratallero García Guirao, nos dejó para siempre. El año de su fallecimiento se filmaba clandestinamente una película documental titulada Canciones para después de una guerra -prohibida al principio y estrenada tras la muerte de Franco, en 1976- película en la que la voz de García Guirao interpreta “Limosna de amor”. Por su parte, el Ayuntamiento le dedicó una calle para que su nombre sea recordado en todo tiempo.
José Jesús Sánchez Martínez
En mi juventud escuchaba las hermosas interpretaciones de esye Gran Tenor.
Y hoy no las encuetro en niguna discoteca