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CISMA DEL VICARIATO POR JOSE JESÚS SÁNCHEZ


El Licenciado D. Juan Basilio de Angulo y Nieto, era moratallero y cura
párroco de nuestra Iglesia de Sta. María de la Asunción, del Hábito de
Santiago. Tomó posesión en agosto de 1715, desempeñándolo hasta
diciembre de 1758. Falleció en marzo de 1763.
Según escribe Alfredo Rubio en la página 196 y siguientes de su ensayo
histórico “Cosas de Moratalla”, mandó abrir (1723), el Registro de Defunciones
para el Archivo Parroquial. En la portada dice:<Libro donde se sientan los que
se entierran en esta Parroquial, con expresión de sus nombres y estado,
mandado hacer por el Sr. Licenciado D. Juan Basilio López de Angulo y Nieto,
del Hábito de Santiago, cura propio de ella, por S.M. y Señores de su Real
Consejo de las Ordenes , con advertencia que hasta ahora no ha habido libro
donde se escriban estos motes y partidas> La primera inscripción que aparece
en dicho Libro se refiere a Matea Gómez, mujer de Julián Sánchez Peltierra, su
cadáver fue sepultado en la iglesia con entierro menor; fecha: 5 de enero de

  1. El teniente cura D. Juan Martínez Lara fue quien autorizó dicha
    inscripción.
    Don Juan Basilio dio un gran impulso a las obras que se realizaban en el
    templo parroquial en aquella época : blanqueo del recinto (1736), construcción
    de la Sacristía (1738-39), colocando en ella la mesa de jaspe rojo (1740),
    colocación de nueva pilas para el agua bendita (1741), vidrieras(1741), retablo
    del desaparecido altar de San Pedro (1747), cancel del lado norte (1750),
    etc.etc.
    EL CISMA.-
    A principios de noviembre de 1725, estando don Basilio comiendo, se
    presenta un mensajero de la vecina localidad de Caravaca con una misiva del
    Alcalde Mayor de dicha localidad, don Francisco Rodríguez Moreno, carta en la
    que el referido alcalde comunicaba al cura de Moratalla que aquella mañana
    había fallecido el vicario y, según la normativa, siendo don Juan Basilio el cura
    del hábito de Santiago más antiguo de la zona, podía encargarse interinamente
    de dicha vicaría cuando lo viese por conveniente, de acuerdo con el
    procedimiento, método y preceptiva de aquellos tiempos…
    Tan pronto finalizó de comer y pese a estar lloviendo, D. Juan Basilio montó
    en la misma mula en la que había venido el mensajero y se marchó a
    Caravaca, haciéndose cargo de la Vicaría. Y aquella misma tarde, presidió el
    entierro de su antecesor.
    Pero he aquí que el obispo de Cartagena, a la sazón D. Tomás José de
    Montes, enterado del fallecimiento del vicario, nombró para ese cargo, con
    carácter de interino, a Martín de Cuenca y Fernández, Presbítero de Caravaca
    y Capellán de la Santísima Cruz, además de historiador de dicha localidad.
    nombramiento que ni el Alcalde ni D. Juan Basilio quisieron respetar por
    considerarlo ilegal por lo que no le dieron posesión.

El obispo, entonces, excomulgó al cura y al alcalde pero ellos considerando
que ello era improcedente, no hicieron caso.
Este “cisma” provocó muchas polémicas en toda la comarca, siendo el
punto de atención y comentario del vecindario, tomando parte tanto el clero de
la catedral de Murcia que, lógicamente defendía a su obispo, como el Consejo
de Órdenes a favor del cura de Moratalla y del alcalde de Caravaca, ambos del
hábito de Santiago.
El “cisma” en fin, concluyó con el nombramiento de Vicario propietario.

José Jesús Sánchez Martínez
Cronista Oficial de la Villa .

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